EL CLUB DE LOS INCOMPRENDIDOS
OPINIÓN PERSONAL
El
autor acierta de primeras en el elenco de personajes protagonistas al
comienzo. Todos tienen sus características bien definidas y es muy
fácil entenderlos. Los personajes secundarios como el entrenador de
voleibol de Ester, las hermanas de Raúl, la madre de Bruno, el padre de
Meri, la madre de Valeria y Alicia, amiga de Elisabet. El autor los usa
para mostrar otras conductas y para echar por tierra dichos generales
como la madurez asociada a la edad. La diferencia de edad también es
tocada en esta historia con situaciones creíbles y eso le da peso a la
historia. Pero conforme avanza la historia, los personajes sufren
cambios y sus conductas empiezan a cambiar de un modo rápido. Quien es
de un modo de ser y te has acostumbrado a verlo así cambia de un
capítulo a otro o peor, de una página a otra. Y no me refiero a que
cuando algo duele sonrías, pero si eres de un modo de ser, esos cambios
radicales, chocan. Al final, sólo Ester queda como un personaje
coherente, a pesar de todos los altibajos que su historia tiene. El
autor acierta con elementos que simbolizan mucho más de lo que aparenta
y que son más que regalos simples, como el atrapasueños o el agapurni
que se intercambian la pareja que se forma dentro del grupo. La trama
gana en variedad aprovechando elementos tan concretos como estos
objetos y el autor sabe usarlos en beneficio de la variedad y los
sucesos que te dejan pegado a las páginas.
La historia, no obstante, tiene el defecto del impacto comercial. He leído que tras ¿Puedo soñar contigo? Francisco
de Paula tenía intención de cerrar la historia y ojalá lo hubiese
hecho. El final, aún abierto, te dejaba con una sensación dulce a pesar
de todo. No sabías realmente qué había pasado y más o menos, cada uno
tenía lo que había luchado, aunque a mí personalmente no me gustase.
Sin embargo, creo que por impulso comercial, porque eso de que los fans
lo demandaban no me lo creo, “Tengo un secreto” llegó
para poner de manifiesto que el amor puede ser el arma más letal de
cuantas existen. Un proyecto destinado sólo por el hecho de saber que
va a vender y escrito en mi opinión, con prisas y sin el suficiente
reposo que las historias necesitan (lo malo de ser un aprendiz de autor
es que conoces cuál es el proceso creativo). Si las conductas de los
personajes en los libros anteriores te chocaban, este último libro te
choca entero. Ves una actitud de cobardes que no puedes evitar pensar
que daña gratuitamente a quien no tiene la culpa. Podemos aceptar que
el amor se acaba porque sí, igual que empieza porque sí, pero al menos,
yo no puedo aceptar que no se tenga el valor de decirlo. Y peor aún es
que el tres páginas después, veas que el valor para cortar la relación
tenga nombre y apellidos, pero ese nombre y apellidos no se dice y
sigue con el "se acabó" sin motivos. Evidentemente, el resultado del
abandono no será tan cruel como se narra en este libro cuarto, pero
repito, es fácil empatizar con estos personajes y sientes una tristeza
profunda por el sufrimiento de alguien al que no se le ha dicho toda la
verdad, lo cual te lleva a ponerle la cruz a otro miembro de los
"incomprendidos" y entiendes más que nunca, que el nombre le viene muy
bien, porque no se comprende su actitud. Y para rematar la faena, un
final que no hace justicia al padecimiento de unos y otros y refleja lo
que es este país de pandereta en el que vivimos, que el cobarde está
protegido y el honrado y luchador perseguido por las leyes.
Imagino que Planeta habrá instado a Francisco de Paula a
escribir este libro con el que en mi opinión, destroza la saga. Porque
aunque se lee en una tarde, porque engancha y es emocionante, ves cómo
la vida sonríe a quien no lo merece. Y no digo que el personaje lo haga
queriendo, que lo haya tenido fácil, simplemente digo que hay otros
modos de hacer menos daño, cuando el daño es inevitable. Y tener
certeza de lo que ocurre en la Puerta de Atocha, potencia el sentido de injusticia que reina en esta obra.
Algunos
dirán que la vida no es una novela y que puede ser bueno que una novela
refleje la vida real... Yo pienso que las historias están para
evadirnos de estas injusticias de la vida y poder vivir lo que queremos
vivir de otra forma.
Aún
así, aún con el vacío que dejó este cuarto libro, confieso que si hago
cálculos, me he leído los cuatro en una semana. Alrededor de 1200
páginas en ese tiempo significa que la historia atrapa, que la historia
fluye y que el deseo de saber qué ocurre existe. Y eso es bueno para el
que lee. Y que haya dejado un impacto algo triste, también es bueno.
Una historia que deja huella es una historia fuerte. Y estoy seguro que
muchas personas lo interpretarán de otro modo y piensen que realmente,
en esta historia de adolescentes para todos los públicos, se cuenta la
vida tal y como es, y lo prefieran así.